Ellos marcaron el camino a seguir y cómo hacer las cosas durante esta temporada. No fue nada fácil la decisión de realizar un campus de verano este año, pero creíamos que se lo debíamos a nuestros alumnos y a nuestras familias. Ellos nos demostraron cómo hacer las cosas porque nos lo pusieron realmente fácil. Allí comprendimos que el hecho de cumplir con las normas básicas de distanciamiento, uso de mascarilla… no dependen del tipo de actividad, sino de las personas que las llevan a cabo. Sin lugar a dudas, trabajar con niños es lo mejor en este sentido ya que en todo el campus, las palabras coronavirus, COVID… no se tuvieron que pronunciar en ningún momento. Todos ellos sabían la situación que había y lo que se podía y no se podía hacer; en casa se les había concienciado y nos dedicamos a disfrutar desde el primer día.
Y así comenzamos la temporada, teniendo en cuenta todo lo que habíamos aprendido en esas semanas y poniéndolo en práctica. Mantener las normas básicas sin hablar todo el día de ellas es uno de nuestros objetivos. Raro es el momento en el que no se habla de la situación actual en televisión, radio… o incluso con amigos o familiares. Sin duda, es el tema de conversación por excelencia. Nuestro objetivo es que durante esa hora que estamos entrenando, seamos capaces de olvidarnos de ello, aunque lo tengamos muy presente. Las normas de distanciamiento y uso de mascarilla son imprescindibles y raro es el momento en el que hay que recordárselo a alguno de nuestros alumnos. Estamos realmente orgullosos del comportamiento de pequeños y mayores, de la colaboración de los familiares en las entradas y salidas.
No nos hemos cansado de repetir en estos meses que el deporte es parte de la solución y vemos esa evolución en nuestros alumnos cada día, en cada clase. Aún no se puede determinar con exactitud el impacto físico y psicológico asociado a esta pandemia, pero tenemos claro que en nuestros alumnos vemos una progresión diaria. Nuestros deportistas han recuperado la capacidad de sociabilizar y relacionarse con sus compañeros, están aprendiendo a vivir con la pandemia y realizan sus propias adaptaciones durante las clases.
Hoy en día sólo podemos desear lo mismo que desea toda la población, que pase pronto este mal sueño y recuperemos la vieja normalidad, la que todos anhelamos. Seguimos agradeciendo a todos aquellos que han confiado en nuestro club, en nuestra metodología, en nosotros. Los 100 alumnos (y familias) que dieron ese primer paso en verano marcaron el camino y siempre les estaremos agradecidos por todo lo que nos enseñaron en esas tres semanas; hoy les han acompañado otros muchos. No paramos de recibir muestras de cariño y mensajes de ánimo de todos aquellos que por diversas circunstancias, no han podido retomar la actividad aún. ¡Os esperamos con los brazos abiertos! Y ojalá os podamos recibir con un fuerte abrazo.